¿Has observado como los primeros pasos de los recién nacidos los dan de puntillas? ¿Y cómo esta costumbre continúa durante los primeros meses de vida?
Los niños que están empezando a caminar suelen hacerlo sobre los dedos de los pies o lo que es lo mismo “de puntillas”. Por lo general, este hábito se va perdiendo a medida que van creciendo pero, en algunos casos, se presenta como fenómenos aislados sobre los 5 o 6 años.
A pesar de que es una patología asintomática ya que no produce ningún dolor, en esos casos en los que esta marcha idiopática de puntilla continúa con los años, es necesario aplicar el tratamiento adecuado para evitar que surjan problemas más graves durante la edad adulta.
¿Cuáles son las consecuencias de caminar de puntillas?
En primer lugar, se genera estrés en toda la parte delantera del pie al apoyar todo el peso del cuerpo en esa zona. De igual forma, también se produce un acortamiento muscular en la parte posterior de la pierna.
Además, hay que destacar que, “si la marcha en puntillas no es muy acusada, se llega a producir un segundo impacto de talón debido a la caída del mismo por el peso del cuerpo del niño”, produciéndose una “contracción en excéntrico de la musculatura gastrosólea de las piernas”.
La marcha idiopática de puntillas suele estar relacionada con cuestiones hereditarias, un tendón de Aquiles corto, con enfermedades neurológicas como autismo, parálisis cerebral o distrofia muscular.
En la mayoría de los casos se resuelve por sí solo y no hace falta aplicar ningún tratamiento. En otros, se emplean plantillas personalizadas y férulas que le ayudan a corregir la patología.
Pese a todo, es recomendable visitar siempre a un especialista que evalúe el estado del niño por si existiese algún tipo de daño. En nuestro servicio de Podología Infantil te ayudaremos y asesoraremos en todo lo que necesites.