Llega septiembre y terminan las vacaciones. Es el momento de comenzar de nuevo nuestra rutina diaria y de que los más pequeños regresen al colegio.
Durante estos meses de verano, los pies se enfrentan a condiciones extremas como altas temperaturas, humedad y un tipo de calzado diferente. Por este motivo, es muy importante que antes de iniciar el nuevo curso escolar y antes de comprar unos zapatos nuevos, visites nuestra clínica para revisar el estado de los pies de los niños.
De esta forma, un profesional especializado de nuestro servicio de Podología podrá descartar anomalías o lesiones que pudiesen afectar a su marcha y al desarrollo de su aparato locomotor.
Existen cinco señales que pueden alertarnos de la presencia de problemas en los pies de los niños: caerse con frecuencia, descalzarse a menudo, caminar de puntillas, caminar con los pies hacia dentro o hacia fuera o la existencia de alteraciones en las uñas.
Ante cualquiera de estos signos de alarma, se debe acudir cuanto antes al podólogo.
Con frecuencia se suele reutilizar el calzado de los más pequeños del curso anterior sin antes revisar su estado. Sin embargo, es fundamental que se preste atención a aspectos como el desgaste de su suela o si la talla continúa siendo la correcta.
Se estima que el pie de los niños crece entre 7 y 8 milímetros cada trimestre por lo que, en verano, pueden haber crecido y que ahora los zapatos le queden estrechos.
Se recomienda que, a la hora de elegir la talla, haya una distancia de un dedo de ancho entre la punta del dedo gordo y el zapato. Este es el espacio que debe haber para que ningún dedo esté oprimido y para que no se impida su correcto desarrollo.
Asimismo, tampoco se recomienda llevar un calzado excesivamente grande ya que puede provocar rozaduras y un paso inestable que dé lugar a caídas.
Si tienes cualquier duda sobre Podología Infantil, visita nuestra clínica y estaremos encantados de resolvértelas. ¡Te esperamos!